La reflexología puede acompañar al niño
en las distintas etapas de vida desde su nacimiento hasta la pubertad.
Todos
sabemos que los bebes y los niños tienen recursos para defenderse a través de
su sistema inmunológico pero si se los estimula podrán crecer más sanos y
felices.
El primer año de vida de un hijo puede ser complicado tanto para él como para sus padres ya que ningún bebé viene preparado para estar solo, necesita de alguien que lo contenga, lo tranquilice, lo alimente, le brinde afecto, lo mime, lo alivien. La forma de expresar esas necesidades en un bebé es a través del llanto que más de una vez no comprendemos.
La Reflexología puede ser un aliado para los papis en esos momentos aunque no tengan en claro lo que necesita, porque la sensación de sentir que lo están atendiendo, a través del calor de las manos de sus padres sobre sus piecitos y manitos, le brindan seguridad y amor.
La ventaja de la reflexología es qué se la puede aplicar en casa mediante unas manipulaciones sencillas en sus pies y manos durante una cantidad de minutos determinada, después de un baño o antes de la siesta y se lo ayudará a descansar mejor, a activar sus defensas y a que crezca más sano.
Además la reflexología lo puede acompañar en sus distintas etapas de crecimiento. Así se podrá relajar y aliviar los dolores durante la dentición, la angustia del destete, las molestias de una febrícula, relajarlos ante las ansiedades causados por los cambios del entorno, aliviar sus cólicos, mejorar su reflujo, desprender mocos, disminuir la tos.
Las áreas reflejas son las mismas que en los adultos, solo varia la duración de la sesión y el tipo de estímulo utilizado para cada área.
Obviamente que la reflexología no cura una patología pero puede ayudar a que el proceso de cura sea más fácil de transitar.